Tan eficaces fueron los uniformados que contaban con todo el poder del Estado al ensañarse con mujeres y hombres indefensos, que todavía no sabemos si debemos mirar hacia la cordillera de los Andes o dirigirnos al mar frente a Pto.Saavedra para llorar sus restos. Establecida está y consta para el lector interesado en los expedientes de la investigación, que uno de aquellos nobles uniformados, que además fue identificado como uno de los torturadores más temidos fuera su hermano, entonces teniente de la FACH Angel Campos Quiroga. [Por lo anterior] le pido un audaz gesto de coherencia: el de su renuncia a todo cargo público.