En lo que estamos todos de acuerdo, o casi todos, es que la realidad que conocimos durante los últimos dos siglos, aquella de las clases sociales definidas claramente, las categorías de la superestructura de los estados con sus estamentos fácilmente identificables más otros axiomas del marxismo clásico, en la actualidad ha cambiado drásticamente. Hoy en el espiral de la historia tampoco se están repitiendo los elementos esenciales que componían la vuelta anterior de ese espiral con el que don Carlos nos ayudara a entender y predecir los pasos que debía seguir el movimiento revolucionario mundial frente a los cambios que van experimentando las sociedades modernas.