¿Qué ocurrió en Chile?
La ultra derecha ha gobernado poco a Chile “por las buenas” en el último siglo. En 1920 emergió Arturo Alessandri, un derechista disidente y populista que estableció el contrato de trabajo, la silla para los empleados de comercio y convocó a una constituyente que en 1925 reemplazó la Constitución de 1832, que Pinochet reemplazó en 1973 por la carta fundamental todavía vigente, reformada y, por consiguiente, “legitimada”.
Gabriel Salazar: «Hemos retrocedido permanentemente»
El Premio Nacional de Historia 2006 pasa revista a Chile con miras al bicentenario. Afirma que claramente hay rasgos de nuestro país que se implantaron desde la Independencia en 1810, como el centralismo y la rígida separación social, y que hoy hay menos participación ciudadana que la que había en el siglo pasado.
Miguel Lawner: «El borrón y cuenta nueva para mí no corre»
-¿Vivimos en guetos por culpa de las inmobiliarias?
-El Estado se ha quedado de brazos cruzados presenciando cómo se produce este proceso especulativo-comercial, que hace imposible que sectores con menores recursos puedan tener acceso a los lugares donde les gustaría vivir. Cuando consultas a la gente sin casa, su principal aspiración es permanecer en las comunas donde han vivido toda su vida, porque allí han tejido sus redes sociales. Pero su único destino es irse a la periferia, creando estos cinturones de miseria y estos barrios inverosímiles que hay en Chile.
El triunfo de la Alianza es sólo un cambio del rostro de la desigualdad y la injusticia social
Ante los resultados de la elección presidencial 2009 en Chile, las fuerzas anticapitalistas tienen el desafío histórico de convertirse, al fragor de las luchas reales y la reorganización popular, en la alternativa política de las grandes mayorías. Una alternativa política independiente respecto de los intereses de las clases en el poder y sus expresiones políticas. Desde ya, el Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores se impone la tarea histórica de convertirse desde y con el pueblo y sus organizaciones en la alternativa política en relación a los poderosos, y en la verdadera y consecuente oposición política de las dos derechas.
La derecha chilena retoma en sus manos el gobierno
En los veinte años de gobierno de la Concertación hubo una actitud permanente por desarticular el gran movimiento cívico y popular que se creó en las condiciones de la lucha contra la dictadura; por despolitizar la labor del gobierno. Frente a cada problema, la respuesta fue siempre: “Estén tranquilos, estamos trabajando para solucionarlos” La larga tradición del movimiento popular chileno, de apoyarse en sus propias fuerzas, de buscar en la movilización de los afectados y de la ciudadanía solidaria, fue abandonada totalmente. En su reemplazo reinó la burocracia, la tecnocracia, la arrogancia, la falta de capacidad para escuchar. Los partidos políticos se convirtieron en simples agencia de empleo.
La revolución
Reconociendo el triunfo de la derecha montuna Ricardo Lagos habló de revolución. La que hizo la Concertación. Tú ya sabes, ese “giro o vuelta que da una pieza en torno a su eje”. Del latín “revolutio” = regreso. Una revolución permite describir un largo camino circular para volver al punto de partida. Lagos tiene razón. Deben ser las únicas revoluciones que le gustan.
A escasas horas de la elección
Si yo pudiera votar en Chile lo haría por Frei en esta segunda vuelta. No me gustó su gobierno, no me gusta la Concertación, pero tengo meridianamente claro que Piñera representa una nefasta vuelta al pasado que, ninguna mujer u hombre de izquierda responsable, puede permitir por omisión.
Algo ha cambiado en estas elecciones, y es que ya no se puede entregar un voto en blanco, simplemente votar, delegar y olvidar el asunto hasta la próxima elección.
Si gana Frei, habrá que exigir mediante todas las formas de participación ciudadana que cumpla sus compromisos electorales y mucho más.
Leonardo Boff habla sobre los rumbos del planeta tierra y del ser humano
Los grandes no tienen ninguna preocupación que vaya más allá de sus intereses materiales. Todas las políticas que hasta ahora fueron pensadas y proyectadas por el G-20 apuntan a salvar el sistema económico-financiero, con correcciones y regulaciones (que hasta ahora no se realizaron) para que todo vuelva a lo que era antes. Antes reinaba la especulación más desvergonzada que se pueda imaginar. Basta pensar que el capital productivo, aquél que se encuentra en las fábricas y en el proceso de generación de bienes, suma 60.000 billones de dólares.
El capital especulativo, basado en papeles, alcanzaba la cifra de 500.000 billones.
Sergio Grez: el pueblo debe ejercer su soberanía
En conversación con Dilemas, evalúa el centenario recién pasado, las constituciones, la soberanía popular y las proyecciones históricas de las elecciones del 17 de enero.
Chile conmemora el Bicentenario y si pudiéramos hacer una comparación con el centenario pasado, ¿cuáles serían las deudas y los haberes que tendría esta conmemoración?
En algunos aspectos la sociedad chilena actual es bastante parecida a la de 1910. Al igual que en ese año, el Estado chileno y las clases dirigentes viven una situación de prosperidad prácticamente inigualable en la historia republicana de Chile, con la consiguiente concentración de riqueza en la cúspide de la pirámide social y una gran desigualdad hacia abajo. El Estado chileno es hoy casi tan rico como lo fue durante la época del salitre.
Frei Ruiz-Tagle faltó a la verdad
Frei Ruiz-Tagle faltó gravemente a la verdad en el foro de ANATEL, al sostener que el Acuerdo Figueroa-Otero de 1995 no constituyó un intento de establecer un Punto Final en favor de la impunidad de las peores violaciones de DD. HH. cometidas entre 1973 y 1978.
En rigor, ya el intento previo -el proyecto de ley Frei de agosto de 1995- constituía eso mismo. Es cierto, como lo dijo Frei, de que proponía ministros investigadores con dedicación exclusiva por dos años para los casos de detenidos-desaparecidos.
Pero ocultó que, de haber sido aprobado, IMPEDIA TODO PROCESAMIENTO Y CONDENA DE SUS CULPABLES.