La brecha, el Galeano y la digna rabia
por Carlos Fazio (México)
10 años atrás 5 min lectura
Desde la insurrección campesina-indígena del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1994, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y su principal ideólogo, socio y patrocinador, el Departamento de Defensa de Estados Unidos, han venido modificando y adaptando sus concepciones sobre el enemigo interno y las modalidades de la guerra. De las políticas de contrainsurgencia contenidas en el Plan de Campaña Chiapas 94 de la Sedena, 20 años después asistimos a nuevas variables de la guerra irregular o asimétrica.
Con especificidades y adaptaciones regionales (Valle de Juárez, Tamaulipas, Michoacán, Chiapas), la guerra no convencional en el México actual se libra en el marco de una estrategia de ocupación de espectro completo ( full spectrum), que abarca una política territorial-espacial combinada, donde lo militar, lo económico, lo mediático y lo cultural tienen objetivos comunes. En ese contexto, y dadas sus características particulares, Chiapas ocupa un lugar central en el mapa del Pentágono. La geografía chiapaneca forma parte de la brecha ( the gap) en que se ubican las zonas de peligro sobre las que el hegemón del sistema capitalista mundial debe tener una política agresiva de prevención, disuasión, control e imposición de normas de funcionamiento afines a los intereses corporativos con casa matriz en Estados Unidos, pero también de persecución, desarticulación y eliminación de disidentes o insurrectos, considerados enemigos.
El capitalismo no se puede entender y explicar sin el concepto de guerra. La guerra es la forma esencial de reproducción del actual sistema de dominación; la guerra es consustancial a la actual fase de reconquista neocolonial de territorios y espacios sociales. Pero es también un negocio; una forma para imponer la producción de nuevas mercancías y abrir mercados con la finalidad de obtener ganancias. La brecha chiapaneca está ubicada en un área intensiva en biodiversidad (incluida la Reserva de Biosfera de Montes Azules), donde también existen grandes recursos acuíferos, petróleo y minerales de uso estratégico, todo lo que da un sentido práctico rentable a su apropiación territorial y espacial.
Además, Chiapas, y en particular el área donde están asentadas las autonomías zapatistas, es una zona creativa y de resistencia civil pacífica al proyecto neoliberal. Es decir, al imperialismo del despojo. Un área donde se están procesando nuevas formas de emancipación, de construcción de libertad en colectivo por diversos sujetos sociales y movimientos antisistémicos que enarbolan un pensamiento crítico, ético, anticapitalista, contrahegemónico. Fuerzas que actúan al margen de las reglas impuestas por el sistema plutocrático mexicano −y de los usos y costumbres de sus administradores de turno y la clase política parlamentaria, signados por la corrupción y la impunidad− y le dan batalla en el campo cultural, donde radican la memoria histórica, las cosmovisiones y utopías. Se trata de un nuevo sujeto histórico que ya no cree en parches ni reformas dentro del sistema, y ajeno a las viejas y nuevas formas de asimilación y cooptación, ensaya otra manera de hacer política y construir un poder alternativo desde abajo. Un verdadero poder popular, autogestivo, plural, de verdadera democracia participativa con sus juntas de buen gobierno, sus municipios autónomos y sus autoridades comunitarias.
Por todo eso, el EZLN, sus bases de apoyo y aliados coyunturales significan un peligro real; un desafío estratégico para Washington y las corporaciones de los sectores militar, petrolero, minero, biotecnológico, agroalimentario, farmacéutico, hotelero, refresquero y del falso ecoturismo. De allí que la guerra asimétrica sea el eje articulador de una estrategia de despeje y control territorial que busca desplazar a la población para facilitar la apropiación y mercantilización de la tierra y los recursos naturales por el gran capital. Quienes se encuentran en los espacios y territorios donde existen agua, bosques, conocimientos ancestrales, códigos genéticos y otras mercancías, son, quiéranlo o no, enemigos del capital. Por eso asistimos a una ofensiva conservadora, que bajo la forma de una guerra integral encubierta, irregular, prolongada y de desgaste busca disciplinar, doblegar y/o eliminar la resistencia del campesinado indígena rebelde, para llevar a cabo una restructuración del territorio de acuerdo con los intereses y requerimientos monopólicos clasistas.
Se trata de una guerra privatizadora, de despeje territorial y despojo social, que echa mano de la militarización y la paramilitarización para tratar de pudrir un prolongado conflicto armado no resuelto, que incluye la contención de los movimientos sociales y la criminalización de la protesta con más medidas de excepción. Verbigracia, el código para el uso legítimo de la fuerza ( ley bala) aprobado por el Congreso chiapaneco, con el objetivo de facilitar la libre acumulación trasnacional.
En diciembre de 2007, ante la ofensiva que preparaba Felipe Calderón, el subcomandante Marcos advirtió sobre la reactivación de las agresiones militares y paramilitares en la zona de influencia zapatista. Dijo: Quienes hemos hecho la guerra sabemos reconocer los caminos por los que se prepara y acerca. Las señales de guerra en el horizonte son claras. La guerra, como el miedo, también tiene olor. Y ahora se empieza ya a respirar su fétido olor en nuestras tierras. No se equivocaba. El más reciente episodio fue el alevoso asesinato del votán-maestro José Luis Solís (compañero Galeano), a manos del grupo paramilitar Los Luises, el 2 de mayo. La provocación-trampa en La Realidad, lugar emblemático de la resistencia pacífica zapatista, se dio bajo la pantalla de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos Histórica (Cioac-H), que actuó como instrumento de la contrainsurgencia. El paramilitarismo responde a una lógica de Estado, en el marco de la guerra asimétrica de la Sedena.
*Fuente: La Jornada
Artículos Relacionados
Ex carabinero es condenado por violencia innecesaria con resultado de muerte en Puerto Montt
por FASIC
5 años atrás 12 min lectura
El suicidio altruista de Yasna Provoste
por Rafael Luis Gumucio Rivas (Chile)
16 años atrás 9 min lectura
«Yo no miro atrás, pero no puedo imponer a los ciudadanos mi manera de ser»
por Soledad Gallego Díaz (España)
13 años atrás 12 min lectura
El Acuerdo Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP) como golpe global
por Andrew Gavin Marshall (Occupy.com/Truth-out)
11 años atrás 10 min lectura
“La justicia de Chile haría reír, si no hiciera llorar”
por Rafael Luis Gumucio Rivas (Chile)
11 años atrás 5 min lectura
Socialismo en el siglo XXI: Peligros que amenazan
por Jorge Gómez Barata (Argenpress)
17 años atrás 4 min lectura
Firmas al Presidente Gabriel Boric por Julian Assange. Informar No Es Delito
por Colegio de Periodistas (Chile)
14 segundos atrás
Como país sede de la conmemoración de la Unesco del Día Internacional de la Libertad de Prensa el pasado 3 de mayo, nuestro gobierno se comprometió una vez más con los derechos humanos. Es por esto que solicitamos a usted niciar acciones diplomáticas que tiendan a la liberación de Julián Assange.
El ocaso de un Orden Mundial decadente
por Níkolas Stolpkin (Chile)
14 horas atrás
Quienes quieran ver el conflicto bélico en Ucrania como cualquier conflicto bélico, están muy equivocados. El desenlace podría traer grandes cambios. Cambios que podrían asemejarse a los ocurridos terminada la Segunda Guerra Mundial.
España: alianza “político mediática” busca que la sociedad civil olvide la existencia del pueblo saharaui
por Alfonso Lafarga (España)
12 horas atrás
15 de mayo de 2024
Para la activista saharaui la responsabilidad de España no solo es moral o ética, “es sobre todo política y jurídica, que debe y puede asumir”, pues sigue siendo la potencia administradora del Sáhara Occidental mientras no se descolonice la última colonia en África”.
Los párrafos de la condena a Llaitul que amenazan la libertad de expresión
por Myrna Villegas Díaz (Chile)
4 días atrás
A tan solo tres días de haberse celebrado en Santiago un gran encuentro en defensa de la libertad de expresión, el dirigente de un grupo activista mapuche ha sido condenado a severas penas por delitos contra el orden público de la Ley de Seguridad del Estado (LSE) y otros delitos comunes.