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"El movimiento escolar es un sueño para el mundo"

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“La prensa de los poderosos”, como la han llamado los Pingüinos, trata por todos lo medios de mirar con lupa todo lo que ocurre con el movimiento estudiantil y es así como cualquier diferencia de opiniones la presentan como “un quiebre eminente”; un contacto con algún partido “oficial”, léase concertación u oposición, es visto como un intento de manipularlos, pues sólo ellos tienen la venia de Dios para actuar, opinar e influenciar y cualquier acto de solidaridad que venga de otro sector es presentado como un intento de manipulación y politización del movimiento.  

Ayer, un grupo de Pingüinos viajó al Congreso Nacional, invitado por el partido Renovación Nacional, el que les puso a disposición un bus y pagó su almuerzo en Valparaíso. Y nadie protestó, y está bien que así sea, pero, imagínense que esto lo hubiera organizado el Movimiento  Manuel Rodríguez.

Esta “prensa seria” muestra la “terrible y pésima imagen que circula de Chile por el mundo” de la cual son responsables los pingüinos y repiten las imágenes que distribuye CNN, El Mundo (España), un diarucho paraguayo, etc.

 

Es cierto que hay un mundo que ve así el movimiento, pero también hay otro mundo, ese de la esperanza, ese de los sin voz, ese mundo que sueña con un mañana más justo, mas solidario, más humano. Ejemplo de ello es esta entrevista publicada el domingo recién pasado. Aquí va inextenso:

"El movimiento escolar es un sueño para el mundo"

Llegó a Chile hace unos días y le tocó presenciar las protestas estudiantiles. Está impresionado, sobre todo porque ve en las acciones de los escolares mucho de lo que postula para alcanzar una sociedad basada en el respeto entre las personas. Invitado por la corporación La Morada, ATTAC y Fundación AVINA, presenta su libro “El desafío del Foro Social Mundial, un modo de ver ”.

Francisco “Chico” Whitaker, fundador del Foro social mundial dice que  “El movimiento escolar es un sueño para el mundo”

“Ha sido un regalo tener la oportunidad de ver este surgimiento de los escolares. Lo que está pasando en Chile es exactamente lo que nosotros soñamos. Un movimiento sin dirigentes, sin dirigidos, inspirados y con una organización horizontal. La sociedad presionando al gobierno, haciendo que las cosas cambien”, señala Whitaker.

Whitaker, de 74 años, es uno de los fundadores del Foro Social Mundial que se inició en 2001 en Porto Alegre –Brasil- y que cada año reúne a cerca de 150 mil personas de todo el mundo con un objetivo común: la lucha contra el neoliberalismo y las desigualdades que este sistema origina. En el mundo, Whitaker ya es una leyenda. Sin embargo, su aspecto no parece el de un tipo inalcanzable. Habla tranquilo, se toma el tiempo de escuchar cada pregunta y su disposición a dialogar está lista para cualquier tema. Es arquitecto, fue concejal por Sao Paulo, dirigente del Partido de los Trabajadores –PT- de Brasil y actualmente es miembro de la Comisión Brasileña de Justicia y Paz, dependiente de la Iglesia Católica de Brasil. Además, es parte del Consejo Internacional del Foro Social Mundial, instancia preocupada de su organización cada año, aunque él prefiere señalar que son los mismos participantes–personas, y ONGs- “las que se encargan de que esto se lleve a cabo. Nosotros somos solamente facilitadores”, explica.

Desde su punto de vista, Whitaker considera que lo vivido en Chile con los estudiantes está posibilitando una nueva forma de expresión donde la militancia política poco tiene que ver. “Adentro existe gente de extrema derecha y de izquierda también, pero hay convergencias y puntos comunes que son del interés de todos. No hay que dejarse dividir por las ideologías.” opina.

Para Whitaker, la explosión estudiantil evidencia que hay necesidades comunes que la estructura actual de partidos y la forma de gobernar no está captando. “Si no fuera oportuno no se produciría, los escolares se estarían dividiendo ya. Esto sucede porque hay algo que ya maduró. Quizás esos jóvenes han visto lo relativa que es toda la lucha política, se han dado cuenta que o lo hacían ellos o nadie lo haría por ellos”, explica.

Y que nadie haya previsto el vuelo, para Whitaker se debe a que es una forma de manifestación nueva y fresca “Los políticos seguramente nunca se han enfrentado a ese tipo de expresiones. Mucha gente percibe que lo que se vive no es una democracia, sino un sistema piramidal en que las necesidades de las personas en general no son escuchadas”, expresa.

Aunque no aventura una causa única para esta explosión escolar, sí tiene claro que este tipo de acciones está generando un cambio profundo: “Con su disciplina, estructura horizontal, nadie los han podido separar ni sacar provechos políticos. Los estudiantes están educando, más bien reeducando a los dirigentes de los partidos y a parte de la sociedad”, apunta.

Despertar
Whitaker militó durante años en el PT y su trabajo se centró en Porto Alegre donde fue parte, por ejemplo, de la creación de los Presupuestos participativos, una instancia originada en 1994, donde se vota por lo que se debe hacer con el dinero de su municipio. “De esta forma la gente percibe que el dinero es suyo y aprende responsabilidades, como que los ingresos son escasos y hay que priorizar”.
Aunque nunca se consideró un militante fervoroso, participó en la campaña que llevó a Luiz Inácio “Lula” Da Silva a la Presidencia, hasta que el año pasado renunció al PT, debido a que “dejó de ser un partido democrático. Se perdió el contacto con las bases, algo común cuando la lucha es por el poder”, explica.

Lo suyo no son las estructuras “piramidales” de poder ni las competencias descarnadas. Cree en la igualdad y en la cooperación. Desde esa perspectiva, junto a ocho organizaciones brasileñas más, crearon en Porto Alegre el primer Foro Social Mundial, haciéndolo coincidir en fecha con el Foro Económico Mundial, celebrado en Davos, Suiza. “Ahí los propietarios del mundo se reúnen para hacer negocios y comandar el curso del mundo. Entonces se decidió hacer otro encuentro para reunir gente que trabaja de manera distinta”, explica.

Un trabajo que pretendía ir más allá de la protesta callejera, para estructurarse como un lugar donde surgieran propuestas concretas y las distintas organizaciones encontraran un espacio para intercambiar ideas, aprender y articularse para determinadas acciones. “La idea es que aquí se encontrara otro tipo de lucha y que se propusieran cosas nuevas para el mundo. Había que decir que es posible, para no dejar a la gente con el sentimiento de impotencia y de inconformismo con lo que está pasando”, agrega.

El éxito mundial del foro ha ido en aumento. En un comienzo se pensó en concitar a delegados que representaran a personas ya organizadas en torno a un fin. Pero la convocatoria superó las expectativas. Llegó el doble de delegados, más 6.000 personas por su cuenta. En 2005 la participación total llegó a las 150 mil personas. Y este año la cita fue entre enero y marzo en tres países distintos: Venezuela, Mali y Pakistán con una asistencia total que se empinó sobre los 120 mil participantes. Además, constantemente se realizan foros nacionales en dis
tintas partes del mundo, como el realizado en Chile en 2004 en contra de la APEC que llamó a miles de personas a las calles.

Foro, Movimiento y Chávez
Whitaker advierte que muchos políticos aún no le han tomado el peso a este nuevo tipo de organización que va más allá de las diferencias partidistas. Pero está seguro de la efectividad que tienen y para eso cita febrero de 2003, cuando 15 millones de europeos salieron a la calle a protestar en contra de la invasión a Irak y generaron que la mayoría de los países del viejo continente desistieran de apoyar la acción norteamericana.

“No se ponían condiciones. Se dijo ‘quienes estamos contra la guerra, demostremos que somos muchos’. Se decía sí a la paz. Todas las organizaciones del mundo que escucharon, adhirieron según su tipo de organización. Unas de manera más libre y otras de manera más jerarquizada”, explica.

La tesis central del libro “El desafío del Foro Social, un modo de ver”, lanzado este sábado en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile, es la necesidad de mantener el foro como un espacio de intercambio y articulación y no transformarlo en un movimiento. “Muchas organizaciones que integran el Foro Social Mundial quieren que pase a ser un movimiento. Pero creo que esto sería su fin, ya que hacerlo movimiento, significaría estructurarlo con líderes y que tomara una tendencia política. Esto sólo lleva a una competencia por el poder donde unos se imponen sobre otros”, afirma.

Reconoce que cuando se tomó la elección de que el último Foro se realizara en Caracas tuvieron el temor de que el presidente venezolano lo ocupara para instrumentalizarlo políticamente. “Por suerte no fue así. Chávez asistió, pero como persona. Uno de los pilares del foro es que no puede asistir ningún tipo de organización política, ni militar, porque estamos en contra de las armas. Sí pueden hacerlo como personas y así lo hizo Chávez”,dice.

Desde abajo hacia arriba
Respecto de las presiones de Estados Unidos, denunciadas por la prensa, para que Chile no apoye la forma de hacer política llevada a cabo en Venezuela, también tiene una opinión: “Estados Unidos ha señalado con todas sus letras que no va a ser bueno para Chile si da apoyo a Chávez. Creo que va ser la sabiduría de Bachelet y la de Chávez la que va a dirimir el curso del futuro. Sobre todo, la autonomía de Chile para no dejarse imponer a través de la diplomacia y también la presión que desarrolle la sociedad civil. El sistema norteamericano hace la guerra cuando no lo aceptan y eso es peligroso”, apunta.

Con todo, aunque Whitaker reconoce que el gobierno de Chávez ha logrado avances en la lucha social, no es un seguidor de su manera de hacer política y se basa en el mismo principio que lo lleva a querer mantener la estructura actual del Foro Social Mundial: un poder transversal donde todos tengan participación.

El foro mismo no es más que un espacio, considera Whitaker, para llegar a un verdadero cambio en que la sociedad es la que se organiza.

Está convencido de que el cambio debe venir desde abajo hacia arriba y desde el interior de cada persona. “Es descubrir valores que no son necesariamente adquiridos sólo durante la infancia, sino que se gatillan con experiencias clave en las vidas de las personas”.

Tiene fe en un cambio “si es que no nos destruimos primero”, dice con una carcajada y luego agrega “Es un proceso lento. Pero la humanidad tiene un instinto de supervivencia, llega sólo hasta ciertos límites”. LND.
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