Brasil: Sergio Moro y el complot contra Lula
por Eduardo Andrade Bone (Chile)
5 años atrás 6 min lectura
10/06/2019
En realidad no podía ser de otra manera, pues antes que el expresidente Lula fuera encarcelado, todas las encuestas señalaban que el favorito para ganar las elecciones era el candidato del Partido de los Trabajadores, Ignacio Lula Da Silva.
Ahora cuando la oligarquía brasileña, junto a los grupos políticos de centro y extrema derecha vieron que no tenían ninguna certeza de poder acceder a un nuevo gobierno, decidieron preparar el complot contra el exmandatario Lula da Silva, encabezado por el juez Sergio Moro y la mafiosa y corrupta justicia brasileña.
Para tales efectos, utilizaron el escándalo de Lava Jato, para involucrar a Lula en supuestas irregularidades ocurridas bajo su gobierno, además, en un proceso judicial lleno de irregularidades y falta de pruebas concretas, pues el objetivo final eras impedir a cualquier precio que Lula fuera candidato y posteriormente nuevo presidente de Brasil, pues la popularidad del expresidente estaba casi intacta.
Pero los complotadores no estaban solos, pues contaban con todo el apoyo de los que lograron la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, entre ellos el mafioso apodado el “padrino brasileño”, Michel Temer, que actualmente se encuentra imputado y está siendo procesado por corrupción.
Hoy el portal The Intercept Brasil, ha sacado a la luz el complot contra Lula, encabezado nada más y nada menos, que por el actual Ministro de Justicia, Sergio Moro, al cual siempre los medios de prensa brasileños lo presentaban como un juez serio y muy probo, como el persecutor de políticos corruptos del Parlamento brasileño.
Sin embargo, la trama del complot contra Lula ha contados con muchas aristas, que involucran a los fiscales a cargo del proceso contra Lula, como al actual ministro de Justicia Sergio Moro y a diversos medios de prensa con líneas editoriales ideológicamente de derecha que participaban de la conjura.
Medios de prensa internacionales reportan que el pasado domingo 9 de junio tres reportajes especiales dieron a conocer que el exjuez de la trama Lava Jato y actual ministro de Justicia del gobierno de extrema derecha encabezado por el inepto Jair Bolsonaro, Sergio Moro, se coordinó políticamente con los fiscales para encarcelar al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
La documentación revelada por The Intercept Brasil, ha sido producto de un trabajo de investigación periodística que basándose en los archivos inéditos obtenidos por una fuente anónima, señalan «discusiones internas y actitudes altamente controvertidas, politizadas y legalmente dudosas del equipo de trabajo de Lava Jato» y del propio juez Moro, expresa el portal.
Uno de los reportajes de la trama complotadora, da a conocer que los fiscales sin ningún tipo de tapujos hablaban abiertamente sobre su deseo de impedir a cualquier precio la victoria en las elecciones presidenciales del 2018 del Partido de los Trabajadores (PT) y desplegaron todas las medidas pertinentes para alcanzar ese objetivo.
El portal periodístico expresa que de los mensajes entre el equipo de trabajo de Lava Jato, enviados a través del servicio de mensajería Telegram, se entiende que los fiscales, encabezados por el procurador del Ministerio Público Federal, Deltan Dallagnol— discutieron formas de evitar a toda costa una entrevista de Lula da Silva a la columnista del periódico Folha de S.Paulo, Monica Bergamo, ya que, de acuerdo con ellos, esta «puede elegir a [Fernando] Haddad» y así permitir la «vuelta del PT» al gobierno, enfatiza el medio.
El reportaje también señala que el procurador del Ministerio Público Federal manifiesta la inseguridad del propio Dallagnol en relación con la fraudulenta acusación que llevó a Lula a prisión en abril del año pasado. «Él procurador Dallagnol estaba inseguro justamente sobre el punto central de la acusación que sería firmada por él y sus demás colegas, para afirmar que Lula había recibido de regalo un apartamento triplex en la playa de Guarujá tras favorecer presuntamente a la contratista OAS en contratos con Petrobras», se afirma.
Ahora, por cierto uno de los grandes articuladores de la trama complotadora contra Lula, estaba en manos del juez Sergio Moro, el que se excedía en sus funciones presionando al procurador que cambiara el orden del proceso de las diversas fases de Lava Jato, así como instruyendo consejos estratégicos y pistas subjetivas e informales de investigación, para así tomar una decisión acertada y convencer al conjunto de los que participaban de la conjura y que diera como resultado el encarcelamiento del ex presidente Lula.
El abogado defensor de Lula, ante este nuevo escándalo judicial oscuro, afirmo que está muy claro que el proceso en su contra es corrupto y solicitó su libertad inmediata. Ante el contubernio de la seudo justicia brasileña, diversas figuras políticas de Brasil, como la expresidenta Dilma Rousseff, afirman que este reportaje periodístico prueban que la operación Lava Jato monto un complot en contra de Lula y del PT.
De allí que toda esta situación que ha tenido que enfrentar el expresidente Lula, prueba una vez más que las oligarquías, junto a los grupos políticos de centro derecha, la prensa amarilla y el poder del dinero, están dispuesto a todo, cuando se trata de defender sus oscuros intereses económicos y políticos y que van en perjuicio del pueblo brasileño.
Otro caso, recordemos que Manuel Zelaya fue el séptimo presidente constitucional de la República de Honduras desde el retorno a la democracia en 1982. Anteriormente había sido director del Fondo Hondureño de Inversión Social. El 28 de junio de 2009 fue destituido y expulsado del país por un contubernio cívico militar, luego de varios meses de una crisis política que enfrentó a los poderes del Estado. La destitución se produjo por órdenes de la corrupta Suprema Corte de Justicia de Honduras, debido a la comisión de presuntos delitos graves, como traición a la Patria y otros.
Pero en América Latina, tampoco ha sido el primero de esta envergadura, pues la crisis política en Paraguay de 2012 se desató a raíz del juicio político contra el entonces presidente Fernando Lugo por la Cámara de Diputados de Paraguay. Este órgano parlamentario controlado por la derecha, acusó al gobernante electo en el 2008 por mal desempeño de funciones, acusándolo -entre otras cosas- de responsabilidad política por los enfrentamientos entre campesinos y policías ocurridos en Curuguaty, departamento de Canindeyú, lo que fue todo una falsa. Posteriormente, una mayoría de 115 parlamentarios de 5 partidos políticos diferentes sobre un total de 125 congresistas decidió destituirlo de su cargo.
Hoy en Argentina, al igual que en Brasil, a través de diversas acusaciones y procesos, se busca encarcelar a la expresidenta Cristina Fernández, para impedir que esta pueda formar parte de un nuevo gobierno, siendo ella la favorita en las diversas encuestas que se han realizado en el país trasandino, en donde el “estado profundo”, los poderes facticos y el poder del dinero, con el aval del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Reserva Federal de los Estados Unidos, buscan impedir a toda costa, un nuevo gobierno de carácter progresista en la Argentina.
De allí que toda la trama complotadora contra el expresidente Lula, tiene diversas características y similitudes con otros países, cuando las oligarquías de América Latina, buscan a cualquier precio, vía campañas del terror, golpes de estado o acusaciones de actos ilícitos a figuras del progresismo latinoamericano, todo vale, para así impedir que estos puedan acceder al gobierno, poniendo así a buen recaudo sus oscuros intereses económicos, pues las oligarquías, los grandes consorcios empresariales, pues si, que llevan en su ADN el virus latente de la corrupción y la anti democracia.
Por Eduardo Andrade Bone MP/AIP
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