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Zaldívar: el tamaño no importa

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 4 marzo 2016
Zaldívar: el tamaño no importaNuevamente el senador DC se transformó en uno de los protagonistas en las negociaciones de uno de los proyectos ejes del Ejecutivo. Pese a que en un comienzo el legislador no era visto como el “cocinero” que lideraba las tratativas y que varios legisladores democratacristiano actuaron como un bloque, otra vez dio muestras de sus redes, su peso e influencia, transformándose en el gran “master chef” de lo que está quedando de la iniciativa. El legislador fue el vehículo para expresar visiones empresariales, de gremios e incluso de la oposición.

“Yo estoy en silencio, yo estoy en silencio”, repetía el senador DC, Andrés Zaldívar, el martes en la sede de Valparaíso del Congreso, tras salir de una de las tantas reuniones que tuvo para abordar la reforma laboral. Ese encuentro, en el que participaron todos los senadores de la colectividad falangista con los ministros de Hacienda, Rodrigo Valdés; de Segpres, Nicolás Eyzaguirre; y de Trabajo, Ximena Rincón; según explicaron los asistentes, fue muy tenso. Ahí, el ex secretario de Estado de los gobiernos de Eduardo Frei Montalva y de la primera administración de Michelle Bachelet, fue protagonista. Como casi siempre.
“Algunos se sienten más o menos informados, pero en estas cosas no todo el mundo puede estar en la cocina, ahí muchas veces está el cocinero con algunos ayudantes, pero no pueden estar todos, es imposible”. Esa fue la frase que lanzó Zaldívar a mediados de 2014 luego de que se alcanzara un acuerdo con la oposición en la discusión de la reforma tributaria, y que definió el papel clave que jugó en las conversaciones y acuerdos adquiridos.
Durante todo el complejo debate que ha tenido la reforma laboral en el Senado, especialmente los últimos meses, ha rondado en la mayoría del oficialismo la sombra de la “cocina de Zaldívar”. Es decir, que nuevamente la negociación política tras bambalinas que lidera el senador DC surte efecto y se lograra morigerar el proyecto inicial del gobierno, que ya había sido aprobado por la Cámara de Diputados, repitiéndose así lo sucedido con la enmienda tributaria.
Y bastante de cierto hay en ello. Zaldívar es uno de los personajes del oficialismo que más ha influido en el rumbo que tendrá el proyecto, eso a pesar que el propio legislador no siempre estuvo en una postura crítica de esta reforma. En la propia DC recuerdan que originalmente no expresó reparos al proyecto del gobierno, menos públicamente, y que ha sido en este último tramo de la discusión donde efectivamente se sumó a las críticas, que desde un principio expresó, por ejemplo, pública y privadamente el senador de su partido Ignacio Walker.
De hecho, en el actual debate hay una diferencia a la performance del 2014. Zaldívar no está actuando sólo, no es el único “cocinero”, sino que en este tema se optó por una acción coordinada en bloque, entre él, los dos senadores Walker, Ignacio y Patricio, más su par, Manuel Antonio Matta. En el Senado dicen que el presidente de la DC, Jorge Pizarro, estuvo en la misma línea que sus cuatro senadores, que en las reuniones privadas se ha cuadrado con sus parlamentarios, pero que no votaría en contra de la postura de La Moneda por su rol de timonel.
En todo caso, la estrategia de actuar en bloque no le resta un ápice al inmenso poder en las sombras que maneja el senador por la Región de El Maule. Es más, en la DC afirman que es el “verdadero master chef” de la reforma laboral, uno de los personajes principales en “las modificaciones”, negociando con el Ejecutivo, pero en paralelo con “los empresarios”.
Todos los flashes apuntaron a él, el miércoles por la noche. Minutos previos a que el Gobierno presentara las indicaciones a la reforma laboral, y la ministra Rincón las hiciera públicas, Zaldívar salía de una sala continúa al hemiciclo del Senado y declaraba que con el Ejecutivo se habían alcanzado varios acuerdos y que comprometía los votos de la DC para esos consensos, dejando la puerta abierta para negociar otros. En esa reunión Zaldívar estuvo con los hermanos Walker, mientras en la oficina de los comités PS-PPD, a sólo pasos de distancia de los DC, se encontraban los senadores miembros de la comisión del Trabajo con los ministros Valdés e Eyzaguirre quienes se paseaban de oficina a oficina, al igual que la senadora Carolina Goic. ¿Las modificaciones? Para muchos otro gran triunfo del parlamentario DC.
A pesar de que varios legisladores oficialistas al ser consultados aseguran que son los hermanos Walker quienes presentaron la posición más dura frente al gobierno, entre quienes han participado de las negociaciones apuntan a Zaldívar como “el vocero” de este bloque que se armó para defender la posición que buscaba, entre otra cosas, las “adecuaciones necesarias” que permitía abrir el reemplazo interno en huelga.
De hecho, el vicepresidente de la CUT y militante DC, Nolberto Díaz, dio cuenta del peso de Zaldívar en las modificaciones a la reforma laboral sosteniendo que éste “no representaba a nadie” y que debería “jubilarse de la política”, acusando “colusión” con los empresarios. De hecho, el senador Ignacio Walker, también cuestionado por el dirigente, sostuvo que en la DC están por “la defensa irrestricta que hicimos los democratacristianos de las micro, pequeñas y medianas empresas”.
En el seno del propio Gobierno reconocen el escenario. Dicen que efectivamente los cuatro senadores actuaron articulados, pero que “se sabe que ningún proyecto serio y trascendente en este país pasa sin el timbre de Zaldívar”.

El origen

Casi nadie niega el poder que ostenta el legislador democratacristiano. La inmensa red de influencias que tiene y que abarcan diferentes ámbitos le otorgan esa posición, porque a través de él, diversos sectores canalizan posturas, críticas y presiones, tanto del mundo de los gremios como desde el empresariado.
Al respecto, en el gobierno sacan como ejemplo su estrecha relación con el mundo de los camioneros y el rol clave que el parlamentario cumplió a finales de agosto, por ejemplo, para destrabar el diálogo durante el paro que este gremio hizo y que tuvo su punto clímax en el atochamiento del paso Angostura. Un episodio que es un fiel reflejo del estilo político que despliega el senador DC en el cual sus redes son clave.
El actual secretario ejecutivo de la Confederación Nacional del Transporte de Carga (CNTC), Baldemar Higueras, fue Seremi de Transporte de la Región del Maule en el primer gobierno de la Presidenta Bachelet, es un militante DC de larga data, muy cercano a Zaldívar al punto que –afirman en el Ejecutivo- es “su cabildero” y a través de él, el sector hace ver muchos de sus puntos y demandas.
Así ha sido, aseguraron en el gobierno, en el caso de la reforma laboral. Saben que a través de estos canales, gremios como los camioneros han hecho ver a través de las redes de Zaldívar su preocupación y presiones ante los cambios que esta enmienda puede significar de las reglas del juego. “Es a través de personas como Higueras o hablan directamente con el senador”, precisaron en el gobierno.
“Zaldívar es la voz de los empresarios en el Congreso”. Así de tajante es un senador oficialista al referirse al legislador DC. La larga trayectoria de Zaldívar, y la permanente relación con el poder económico, le ha permitido al senador tener importantes lazos con empresarios, muchos de los cuáles incluso surgen cuando éste se desempeñó, a muy temprana edad, como ministro de Hacienda y Economía del Gobierno de Frei Montalva. De hecho, otro legislador enfatiza que “Zaldívar aún se comporta como titular de Hacienda”.
Del poder del senador en el amplio ámbito política-economía-empresa hay historia. Víctor Herrero en el libro “Agustín Edwards Eastman, una biografía desclasificada del dueño de El Mercurio”, cuenta que cuando el país estaba viviendo una importante fuga de capitales tras el triunfo de Salvador Allende, el 23 de septiembre de 1970, Zaldívar entonces ministro de Hacienda le habló al país y sostuvo que “la situación económica del período postelectoral deriva de factores psicológicos (…) los resultados más probables de esta situación son el de un desastre económico completo y garantizado”.
El mismo texto recuerda que tres años después en la revista Qué Pasa el democratacristiano sostuvo que “creo que las Fuerzas Armadas son las grandes reservas morales de nuestro país y pueden ser ellas quienes en un momento dado estén llamadas a solucionar las cosas aquí”.
Muchos años después, en 2002, cuando se discutía una actualización a la Ley de Pesca, el entonces presidente de la Cámara Alta fue emplazado y cuestionado por los vínculos accionarios que tenían él, su hermano, Adolfo Zaldívar y otros familiares directos, con la empresa pesquera Eperva, la más importante del grupo Corpesca, del consorcio Angelini.
Hace poco más de un año además, se hizo público que el senador recibió pagos de Inversiones Caburga, perteneciente al Grupo Said, a través de una sociedad suya, Asesorías San Martín Limitada, por $5 millones en 2009, antes de que regresara al Senado. El senador explicó entonces que se trataba de asesorías jurídico-legislativas. “Es lo mismo que Aguas Andinas, a la que también presté asesorías”, dijo.
Durante las conversaciones previas al acuerdo por la reforma tributaria en 2014, varias notas de prensa informaron de conversaciones que sostuvo el senador, por ejemplo, con la Asociación de Exportadores de Manufactura (Asexma). Y también con empresarios como Rafael Guiliasti, Andrónico Luksic, José Said, y hasta economistas, como Bernardo Fontaine.
Según explican en el oficialismo, estos nexos con el mundo empresarial de Zaldívar si bien complican al Ejecutivo en las discusiones de los proyectos, no lo incomodan del todo. Esto porque “La Moneda se ahorra varias conversaciones, ya que Zaldívar logra exponer lo que están pensando los empresarios sobre los temas”.

La bisagra política

Con las salidas de los DC Hosain Sabag, Mariano Ruiz-Esquide, Eduardo Frei y Soledad Alvear, del Senado tras la última renovación parlamentaria, Zaldívar se transformó en el referente de más peso político en el falangismo. Varios aseguran en el Congreso, que “siempre se tiene que hablar con él”.
Por su parte, en la oposición mantiene un trato fluido con el timonel de la UDI, Hernán Larraín y los senadores RN, Alberto Espina, y Andrés Allamand. De hecho, algunos legisladores aseguran que tras la salida de la Cámara Alta de los referentes del gremialismo, Pablo Longueira y Jovino Novoa, la oposición ha perdido interlocutores en la conversación con el Ejecutivo, por lo que Zaldívar, muchas veces ha hecho las veces de puente con esos comités de legisladores.
También, hay quienes plantean que Zaldívar en el último tiempo ha tenido un rol más agresivo en las negociaciones, ya que, según explican, no tendría aspiraciones en su partido ni en una próxima contienda parlamentaria. También algunos plantean que la distancia con Bachelet le permite darse ciertos márgenes que antes no tomaba.
Según explican cercanos al senador fue una situación muy dolorosa para Zaldívar su salida del ministerio del Interior, en el primer gabinete de Michelle Bachelet, después de sólo cuatro meses en el cargo. Relatan que ese hecho generó un distanciamiento con la mandataria, sobre todo porque consideró que ésta no había respetado su trayectoria y había errado en la forma, ya que no fue avisado con anterioridad respecto a su partida. Con todo, si bien el trato es cordial, Zaldívar no compartiría del todo el programa y en las últimas negociaciones por la reforma laboral habría echo expresado su descontento por el “arrinconamiento” que se ha realizado contra su partido.
*Fuente: El Mostrador

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