Como lo he sostenido en artículos anteriores, es imposible cambiar, radicalmente, el sistema electoral y la composición de los distritos y circunscripciones sin lo que Ricardo Cruz-Coke llamaba “los golpes electorales”; hay dos causas que implican esa imposibilidad: la primera, la dificultad de dividir el mapa chileno en distritos y circunscripciones, debido a que cada diputado o senador en ejercicio tiene su parcela de dominio, y el sólo cambio de una comuna puede perjudicarlo en su reelección – con razón, Santiago Arcos decía que “Chile es un país de señores feudales” -. La segunda causa dice relación con la proporcionalidad en el sentido de que siempre hay una asimetría entre el valor del voto de una elector entre un distrito y otro; por ejemplo, el voto en un distrito de Aysén vale cuatro veces más que el de Puente Alto, A mayor número de diputados a elegir en una circunscripción, hay más posibilidades de representación proporcional de cada fuerza política. Se dio el caso en el primer distrito de Santiago en que se elegían 18 diputados que, por lógica, facilitaba la representación de todas las fuerzas políticas existentes.
En un parlamento prestigiado, si esta utopía se puede dar en esta monarquía borbónica, una reforma que aumentara de 120 a 134 diputados, y de 38 a 44 senadores, no provocaría ningún escándalo, pero debido a que en la actualidad diputados y senadores no representan a nadie – considérese que el presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, representa, apenas, el 8% de los electores de Puente Alto; el 80% de los parlamentarios incumbentes, seguramente, serán reelegidos en noviembre, gracias al sistema electores – esta proposición de reforma constitucional indigna al 90% de los chilenos, pues el hecho de subir o bajar el número de parlamentarios sólo representa gasto fiscal para personas que son consideradas inútiles y que carecen de representatividad y legitimidad, en consecuencia, no deja de ser un organismo decorativo en la monarquía presidencial.
De persistir el sistema bicameral y el presidencialismo, la propuesta RN-DC carece de sentido, pues en el caso del inútil senado se mantendría intacto el sistema binominal, con la salvedad de que se eliminan los senadores nacionales – capricho de Carlitos Larraín -. Aun cuando la cámara fuera más proporcional, el senado mantendría el pandero, en consecuencia, sería casi imposible cualquier legislación de cambio. Ya la UDI y el gobierno se olvidaron de su proyecto de reformas, que consistía en un ridículo afeite al sistema binominal. Que se elijan dos o cuatro senadores en algunas circunscripciones, no cambio en lo mínimo el binominalismo – sólo exige aumentar de 33% al 37% para que el sector minoritario elija un senador -. Cada día se ve más claro que debería aprovecharse la reforma constitucional sobre el número de parlamentarios para, de una vez por todas, eliminar el senado e instaurar una Asamblea Nacional, compuesta por 150 diputados.
Estoy convencido de que el parlamento actual, no representativo y carente de legitimidad social, es incapaz de llevar a cabo cualquier reforma del sistema político, de carácter substantivo – sólo puede hacer pequeñas reformas intrascendentes – por consiguiente, la única salida es la refundación de la república, esta vez con los ciudadanos como actores, a través de una Asamblea Constituyente, que se encargue de redactar una nueva Carta Magna que, a mi modo de ver, podría reformar, radicalmente, el sistema político.
En la práctica, el gatopardismo electoral de los partidos que integran el duopolio sólo se reducirá a una de las tantas maniobras, ridículas y carentes de toda lógica, para evitar la necesaria convocatoria a la Asamblea Constituyente y que, desde esta instancia, surja la refundación de la república, plasmada, esta vez, en una nueva Carta Magna, en que los ciudadanos sean los protagonistas, como nunca ha ocurrido en los 200 años de la historia de Chile.
29/08/2013
Artículos Relacionados
Nada lesiona más que la pobreza que sufren los débiles, frente a la indiferencia de los poderosos
por Horacio Serpa (Colombia)
19 años atrás 3 min lectura
Atentados en Bruselas: Europa nuevamente llora
por Níkolas Stolpkin (Chile)
10 años atrás 2 min lectura
La reforma pendiente en las Fuerzas Armadas
por Enrique Villanueva M. (Chile)
11 años atrás 6 min lectura
Siria: guerra mediática y freedom fighters (I parte)
por José Stensleger (México)
13 años atrás 4 min lectura
El complejo militar-industrial-tecnológico está sentando las bases para un sistema de control sin parangón en la historia
por Inversión racional
2 horas atrás
06 de noviembre de 2025
Lorenzo nos sumerge en un análisis sin precedentes sobre el avance hacia una dictadura digital global y la erosión sistemática de nuestras libertades individuales.
Nuevo alcalde de Nueva York: «»Soy joven, soy musulmán y soy socialista democrático»
por Medios Internacionales
1 día atrás
05 de noviembre de 2025
Lo mejor de todo es el discurso de victoria donde le dice directamente a Trump: «Soy joven, soy musulmán, soy socialista democrático y no voy a pedir perdón por nada de esto. Para llegar a nosotros tendrás que pasar por encima de todos nosotros».
Sáhara: colonialismo español, ocupación marroquí y traición de Pedro Sánchez
por La Base (España)
7 horas atrás
06 de noviembre de 2025
Pablo Iglesias, Irene Zugasti, Manu Levin y Laura Arroyo analizan la traición del Gobierno español al derecho de autodeterminación del pueblo saharaui y la última resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el Sáhara, que refuerza la agenda marroquí cuando se cumplen 50 años de la Marcha Verde.
Sobre la autonomía del Sáhara: «¡El País miente a sus lectores!»
por NoTeOlvidesDelSahara
1 día atrás
05 de noviembre de 2025
Si la ONU viera imposible el referéndum, ¿por qué sigue prorrogando cada año el mandato de la MINURSO, cuya misión incluye la organización de ese referéndum de autodeterminación? De hecho, la propia resolución 2797 (2025) prorrogó, como siempre, la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental, no una misión para supervisar una autonomía negociada.