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Las escuelas de EEUU están más segregadas hoy que en los años 50

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Las escuelas públicas de EEUU están hoy más segregadas que hace prácticamente cinco décadas. Millones de estudiantes “de color” [eufemismo por negro o latino] son bloqueados en “las ‘high schools’ secundarias de la salida de las fábricas”, donde enormes porcentajes no terminan sus estudios y pocos quedan bien preparados para ingresar a la universidad o tener un futuro en la economía de EEUU.

Según un nuevo informe de derechos civiles publicado por la Universidad Los Ángeles de California (UCLA), el 44% de las escuelas del país son "de color" y las minorías están emergiendo rápidamente como mayoría de estudiantes en las escuelas públicas del país. Los latinos y los negros, los dos grupos minoritarios “de color” más grandes, asisten a escuelas más segregadas hoy que durante el movimiento por los derechos civiles de hace más de 40 años. Entre la población latina y afro-estadounidense, dos de cada cinco estudiantes asisten a escuelas intensamente segregadas. Para los latinos, el aumento en la segregación refleja un “apartheid” residencial cada vez mayor. Para los negros, en parte significa el reflejo del fin de la política de disgregación en las escuelas públicas de la nación.

El estudio sobre derechos civiles muestra que la segregación más severa ocurre en las escuelas públicas de los estados occidentales, incluyendo a California, y no en el sur de EEUU como tanta gente cree. La educación desigual conduce a disminuir el acceso a la universidad y a futuros trabajos. La mayoría de las escuelas para niños negros o latinos están segregadas por la pobreza, así como por la etnia. La mayor parte de las deserciones escolares de la nación ocurren en las escuelas públicas de niños “no-blancos", donde una gran cantidad de personas jóvenes “de color” quedan virtualmente incapacitadas para obtener un empleo.

Las escuelas en comunidades de bajos ingresos siguen siendo altamente desiguales en su financiamiento, planta de profesores y planes de estudios. El informe indica que en las escuelas de áreas con altos niveles de pobreza hay personal menos calificado, existen bajos niveles de realización personal, se encuentran problemas de salud y de nutrición, existe inestabilidad residencial, la mayoría de las familias tienen un jefe de hogar monoparental (generalmente la madre), hay alta exposición al crimen y a las pandillas, y muchas otras condiciones que afectan severamente los niveles de rendimiento del estudiante. Los colegios insertos en sectores de bajos ingresos son a menudo ignorados por los reclutadores de universidades y del mercado de trabajo. El impacto de los cortes del financiamiento en bienestar y programas sociales en los 50 estados ha sido parcialmente enmascarado desde los años 90 por el boom económico que terminó repentinamente con la recesión desatada en 2008. Como consecuencia, las condiciones serán probablemente incluso peores en el futuro inmediato. 

En California y Texas la segregación se observa también en grandes áreas residenciales suburbanas. Éste es el efecto social de años de negligencia de políticas de derechos civiles que proclamaron oportunidades educativas iguales para todos. En California, el estado más multirracial de la nación, la mitad de los negros y asiáticos asisten a escuelas segregadas, al igual que un cuarto de los estudiantes latinos y de nativos estadounidenses. Durante la era de los derechos civiles, mientras muchas ciudades fueron forzadas a la no segregación mediante órdenes judiciales, esto no ocurrió en la mayoría de los suburbios, porque en aquel momento tenían pocos estudiantes de minoría. Cuando las familias de las minorías comenzaron a trasladarse masivamente a los suburbios en estos no existían planes para atender o mantener la no segregación, no había profesores ni personal apropiadamente entrenado, ni programas de reclutamiento de profesores no-blancos para ayudar a ocuparse de los nuevos grupos de estudiantes.  El 85% de los profesores de EEUU son blancos, y poco progreso se hace para diversificar la fuerza de trabajo docente de la nación.

En los estados que ahora tienen una mayoría sustancial de estudiantes no-blancos, el fracaso en proporcionar una educación de calidad a esa mayoría a través de la “high school” secundaria y de la universidad constituye una amenaza directa para el futuro económico y social de la población en general. En una economía mundializada, donde el éxito se liga a la enseñanza formal, una parte importante de EEUU hace frente a la amenaza de disminuir sus niveles de enseñanza, a la vez que continúa aumentando la proporción de niños que asisten a escuelas segregadas inferiores.

Las escuelas rurales también hacen frente a una segregación severa. En los tiempos de la lucha por los derechos civiles, las pequeñas ciudades y zonas rurales fueron vistas como los bastiones más intensos del racismo. De 8,3 millones de estudiantes blancos rurales, el 73% asiste a escuelas que en 80% a 100% son para blancos.

Las escuelas segregadas de EEUU son el resultado de décadas de negligencia sistemática de las políticas de derechos civiles y de las reformas relacionadas con educación y comunidad. También son el producto de la oposición activa al progreso de la administración Bush y de los gobiernos anteriores de Reagan, Bush y Nixon. La conclusión de la Corte Suprema en el caso “Brown contra la Dirección de Educación”, estableció que el estándar sureño de “iguales pero separados” fue “intrínsecamente desigual” y dañó “irreversiblemente” a los estudiantes negros. Más adelante, esta regla se extendió a los latinos.

Ahora, la necesidad más grande, sin embargo, es de liderazgo. Por décadas el mensaje básico ha sido que en EEUU no se necesita hacer nada sobre estos problemas y deben eliminarse las herramientas legales que ahora existen. La profundización de la separación racial y étnica, junto a una transformación masiva de la población, plantean desafíos complejos y sensibles, muy similares a los que hizo frente el movimiento por los derechos civiles de principios de la década de 1960. Existe una necesidad similar de centrar la atención del público en una agenda positiva, incluyendo cambios.

Según el informe de la UCLA, se necesita un liderazgo que reconozca “que tenemos un destino común en EEUU, donde nuestros niños deberían crecer juntos, conociéndose y respetándose, y a todos deben dárseles las herramientas educativas que los prepararán para el éxito en nuestra sociedad”. El autor del informe afirma que si la actual trayectoria de profundización de la segregación y de la desigualdad continúa atrincherada, solamente disminuirá el potencial común como nación.

– Gary Orfield (The Civil Rights Project, UCLA)*
– Traducción de Ernesto Carmona (especial para Argenpress)

* Fuente: Argenpress

Fuente:

The Civil Rights Project, UCLA, January 2009: “Reviving the Goal of an Integrated Society: A 21st Century Challenge”, por Gary Orfield.

Estudiantes investigadores: Melissa Robinson and Rena Hawkins

Evaluador académico: Sangeeta Sinha, Ph.D., Southwest Minnesota State University

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