Desde una apología de la desigualdad y las ventajas del supuesto de un derrame económico jamás comprobado, se encubre lo que efectivamente viene sucediendo en el neoliberalismo: el crecimiento de la brecha económica. Los principales desplazamientos humanos actuales, las llamadas migraciones, traen consigo la demanda básica de pan, techo, trabajo y el deseo de educación como una de las vías principales de ascenso social en las llamadas sociedades del conocimiento.