Imposible, igualmente, pasar por alto, las mentiras de los seudo católicos que han visto en el homenaje y sobre todo en la entrega que le hizo el presidente Evo Morales a su ilustre visitante, de la escultura de la hoz y el martillo con Jesús Crucificado, una falta de respeto al prelado, y peor aún, o de inventar la especie de que Francisco habría amonestado a Morales o expresado su desaprobación al regalo.