Mandar para los ricos se ha convertido en el slogan de los gobiernos, presididos por empresarios de derecha – Macri, en Argentina, Temer, en Brasil, Trump en Estados Unidos y Piñera, en Chile – y tener contentos a los poderosos siempre ha sido mucho mejor negocio que favorecer a los pobres, y el máximo a que pueden llegar estos gobiernos de empresarios es una “derecha compasiva”, es decir, entregar a los marginados y a la clase emergente los beneficios del chorreo.