En el tema de la libertad de prensa es importante distinguir el derecho de los periodistas a tener una opinión y el poder enorme de los propietarios de los medios de comunicación  que imponen una línea editorial, muchas veces reñida con la verdad – baste leer el diario La  Segunda, La Tercera y El Mercurio para darse cuenta cómo siempre están mintiendo y, no pocas veces, conspirando contra un rey o un gobierno que pone en peligro los intereses de la clase a la cual sirven como buenos valet de los poderosos.