La huida de Venezuela de la fiscal Luisa Ortega
Ya en Colombia segura y con su marido a cuesta, la ex fiscal prófuga declara que tiene pruebas que demuestran la culpabilidad de Nicolás Maduro en hechos de corrupción con la empresa Brasileña Odebrecht. Empresa que por cierto embarró a medio mundo pagando comisiones (coimas )para obtener contratos leoninos a su favor y en contra de los pueblos.
Esa forma de operar, amenazando con: “ Yo sé algo de ti que te llevará a la cárcel, que lo diré, si tu no haces lo que yo te diga o no aceptes lo que yo propongo”, es lo que vulgarmente se llama “un vil chantaje”. Cuando por todo el mundo ya han caído Presidentes y ministros, por las denuncias de corrupción de esta empresa con funcionarios públicos, ¿Cómo es posible que la ex fiscal haya esperado tanto tiempo para hacerlas, cuando ya tenemos más de tres años sin hacer contratos con esa empresa?. ¿Por qué guardaba silencio?. ¿Quién la chantajeaba a ella?
La Venezuela de hoy y de mañana
Evidentemente, la caída del gobierno de Maduro significaría la subida de un Macri o de un Temer, es decir de un régimen antipopular y por eso se debe defender su legitimidad hasta el fin de su mandato. Por otra parte, el uso de la violencia por la oposición ha tomado dimensiones inéditas, con la destrucción de edificios públicos (un hospital, un local de la aviación civil, entre otros), la quema de un joven y el uso de excrementos humanos, frente a fuerzas del orden que tienen la prohibición de utilizar armas letales.
¿Nos cuentan la verdad sobre la violencia de las manifestaciones en Venezuela?
La agenda informativa internacional de los últimos días ha estado protagonizada por la conflictividad social venezolana, las manifestaciones opositoras y la violencia en las calles. El tono dominante en los medios ha sido el de un gobierno de Nicolás Maduro reprimiendo a opositores que pedían democratización y dimisiones. Sin embargo, en las redes sociales y en medios comunitarios aparecían muestras de la violencia de los grupos de la oposición y de acciones policiales muy alejadas de la represión que anunciaban muchos medios españoles.