Los grandes medios de difusión prefieren ignorar esos hechos y si hablan de Ahed Tamimi, generalmente se limitan a afirmar que está siendo utilizada para denigrar al Estado de Israel, al que suelen describir como «la única democracia del Medio Oriente». Pero los hechos están ahí: una adolescente de 17 años –cumplidos en la cárcel el 31 de diciembre– está desde hace más de 3 meses en una prisión israelí y acaba de ser condenada por un tribunal militar que la juzgó a puertas cerradas. ¿Hace falta decir más?