El artículo señala que aun cuando la candidata Clinton podría ganar, el problema que Trump representa continuará, pues tal candidato ha sido exitoso a la hora de canalizar el gran enfado de la clase trabajadora blanca hacia el establishment estadounidense, que se percibe que está representado por Hillary Clinton. El artículo concluye que la única solución es que este enfado no lo canalice en el futuro la extrema derecha, equivalente al nazismo y el fascismo en Europa, sino fuerzas políticas emergentes en aquel país.