Benjamin Netanyahu, -el sinvergüenza que un día se atrevió a acusar a la izquierda israelí de haber olvidado lo que era ser judío- acaba de firmar con el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, un documento en el que blanquea a “la nación polaca en su conjunto” por el genocidio de más de dos millones de personas judías durante la Segunda Guerra Mundial. En el documento oficial dictado por la derecha ultraconservadora polaca, se han falsificado hechos históricos, siguiendo un argumentario groseramente negacionista.