Su hijo mayor era muy activo en las manifestaciones por la libertad del pueblo saharaui, razón por la que considera que la policía ya lo tenía fichado. Tras conocer que había muerto, se negó a firmar el certificado de defunción de las autoridades marroquíes y reclamó su cuerpo para poder hacerle una autopsia que aclarara las circunstancias de su muerte. Sin embargo, desde entonces, no sabe dónde está el cuerpo de su hijo, lamenta.