El economista de Yale, Seth Zimmerman, mostró en 2013 que el 50% de los cargos más altos en las empresas chilenas lo ocupan ex alumnos de sólo nueve colegios de elite. Para el economista Ricardo Hausmann la tendencia de que los mejores puestos queden en manos de personas de un mismo origen, da cuenta de una cultura empresarial cerrada, que no da oportunidades a talentosos de otras clases. Una consecuencia de eso es que, como han mostrado Javier Núñez y Cristina Risco, la movilidad social intergeneracional es bajísima: el hijo del rico chileno tiene una probabilidad del 56% de seguir perteneciendo al 10 % de mayores ingresos, probabilidad mucho más alta que la que tienen los hijos de los ricos norteamericanos o europeos.