Justicia para Romero: se reanuda la investigación
Hace pocos días, siempre bajo la lluvia, hubo otra marcha que no terminó en una plaza sacra sino en el Palacio de Justicia de San Salvador. La primera fue una peregrinación devota para acompañar la canonización de un mártir; la segunda, una marcha con pancartas para reclamar mayor celeridad en el proceso contra los autores materiales e intelectuales del asesinato de monseñor Romero, que siguen en la sombra desde hace 38 años.
Monseñor Romero, piezas para un retrato
Del libro de María López Vigil:
«El pueblo recogió su cadáver y lo lloró como se llora al padre y a la madre. Fueron ocho días de duelo y de orfandad. El Domingo de Ramos de 1980 los salvadoreños lo despidieron en una ceremonia multitudinaria, que fue interrumpida por calculados disparos y bombas arrojados por los cuerpos de seguridad apostados en puntos estratégicos de la plaza. Fueron 40 los muertos y centenares los heridos. La misa quedó interrumpida y el entierro tuvo que hacerse de prisa.«