Parece que hemos entrado en el Imperio del Caos, entendido como lo que resulta de la negativa a aceptar el propio declive hegemónico. Parece que Obama lidió con la decadencia de Estados Unidos, como Gorbachov en la ex URSS. Con la paliza que recibieron los Demócratas en EE.UU., los perdedores principales son los globalistas, con los banqueros de Wall Street (City Bank, los Rothschild, etc.) y sus empresas transnacionales que operan en los países emergentes.