La madre de todas las batallas
En momentos como estos y habiendo sido testigo de la evolución del proceso político chileno desde los tiempos de la dictadura, no puedo evitar que resuenen en mi mente los argumentos planteados por el propio Jaime Guzmán en los momentos en que se validaba la constitución de 1980, quien abiertamente señalaba que, aunque el juego tendría una apariencia “democrática”, la cancha estaría diseñada de tal forma que siempre habría sólo un equipo ganador (la derecha), lo cual estaría garantizado por las reglas del juego (la constitución). Esto significa que la constitución le garantiza una permanente ventaja a su equipo por sobre el rival, lo cual -continuando con la analogía-implica que la cancha siempre estará inclinada a su favor y que el equipo contrario siempre jugará con el viento en contra, o bien que el arco del equipo rival será más grande que el arco propio.
Cancha de tenis con vista al lago Caburga
Algunos registros audiovisuales (videos) realizados durante el presente verano nos han permitido a los chilenos apreciar de primera mano algunas de las variadas formas en que se manifiesta el abuso de poder de parte de quienes detentan una posición de privilegio en nuestro país, el que por cierto se despliega en toda su dimensión cuando es ejercido en perjuicio de ciudadanos comunes. También ha sido posible percatarnos de otras modalidades de abuso quizá más encubiertas, como la cancha de tenis a orillas del Lago Caburga.