Han hecho de la democracia una guerra de rating, entonces parece que todas las acciones se toman en función de ellos lo que es una perversión. Pero siempre, siempre, o si no nos hubiéramos muerto muchas veces, hay una variable desconocida que interviene y hace que las cosas cambien su curso. Esa variable es lo que llamo esperanza. Yo soy un comunista y mi deber, contra todo y aunque sea con los ojos muy llorosos, es la esperanza.