Los partidos políticos se han pasado buena parte del estallido social acusándose de no rechazar la violencia callejera o defendiéndose de esa acusación. Ajeno a ese debate, un tercio de los mil jóvenes que respondieron la encuesta Periodismo UDP-Feedback apoya actos violentos como barricadas o enfrentamientos con la policía. Ese grupo es más alto “entre quienes provienen de familias que han enfrentado situaciones socio-económicas complejas”, explican los autores de esta columna. “La naturalización de la violencia como forma de acción política es un desafío urgente para nuestro sistema democrático”, advierten.