Estados Unidos consideró ofrecer asilo al dictador chileno Augusto Pinochet
Documentos recientemente descubiertos en archivos de EE.UU., revelan que una misión encabezada por el general John Galvin, del Ejército Norteamericano, fue a Chile en 1986 para evaluar las crecientes protestas callejeras y los esfuerzos de la guerilla para poner término al impopular régimen de Pinochet. Cuando EE.UU. comenzó a comprender la profundidad y pasión de la oposición, buscó “Una partida honorable para el Presidente Pinochet, quien sería recibido como un invitado del gobierno” (norteamericano)”.
Por qué la economía ortodoxa transfirió su obsesión por un concepto (mercado) a un ritual (matemáticas)
Del fundamentalismo a la idolatría
A días de la elección presidencial el economista José Gabriel Palma analiza la pérdida de relevancia de la economía ortodoxa en un recorrido en que desmenuza cuándo y por qué la ideología busca nueva identidad, incluido el factor miedo. También entrega claves para descifrar el comportamiento y los mensajes de rechazo de muchos economistas –de casi todos los sectores políticos- frente a los cambios que la ciudadanía demanda, en los que se dramatizan al extremo los riesgos que ellos implican. Para Palma, aquella letanía de excusas de los economistas neoliberales para justificar el status-quo es hoy “la mejor telenovela en cartelera”.
Archivos secretos: el rol de Estados Unidos en el triunfo del NO
¿Intervino Estados Unidos, bajo la administración de Ronald Reagan, para poner fin a la dictadura e incentivar un retorno a la democracia en Chile? La administración Reagan tradujo su retórica en acción: aprobó el financiamiento por el Congreso de la National Endowment for Democracy de un millón de dólares para que, junto al National Democratic Institute for International Affairs, apoyase financieramente a la oposición chilena y enviase observadores para vigilar el plebiscito.
6 de agosto: El día del genocida impune
Nos están disfrazando la realidad con eufemismos, porque los noticieros son como los quirófanos y deben permanecer estériles, es decir, sin imágenes ni palabras que retraten la crudeza de los hechos. A fin de cuentas, la teoría televisiva dice que lo que no se ve en la pantalla, no existe.