Reveladoramente, el dispositivo más trascendente que distorsiona el “proceso constituyente” concordado el 15 de noviembre pasado entre la derecha y la ex Concertación ha sido completamente silenciado por el conjunto de los partidos políticos y los grandes medios de comunicación: el antidemocrático e inmodificable quórum de dos tercios establecido para que la convención pueda aprobar un “nuevo” texto constitucional. Aquel rompe con la regla básica de la democracia que estipula el gobierno de la mayoría. Y, en el caso concreto de Chile, le confiere a la derecha un virtual poder de veto, dado que desde 1990 ha obtenido –lejos- más de un tercio de los congresales en todas las elecciones parlamentarias, efectuadas con o sin sistema electoral binominal.