Según EE.UU., Bin Laden fue localizado después de realizar un seguimiento de su mensajero de confianza. Pero la realidad no fue esa, insiste Hersh, sino que fue un exoficial de la inteligencia pakistaní quien vendió a EE.UU. información sobre el paradero de Bin Laden esperando recibir la prometida recompensa de 25 millones de dólares. Además, el jefe de Al Qaeda no falleció durante un ‘combate’, simplemente porque no hubo ningún combate.