Lo novedoso en la situación actual es la manera en que los manifestantes han logrado convocar y coordinar sus acciones, a partir de iniciativas en gran parte surgidas «desde la base» y con los difundidos medios técnicos que hoy permiten comunicarse en forma directa y en tiempo real. Estos jóvenes son en su mayoría los mismos que vienen manifestando desde hace años una gran desafección al sistema político-institucional existente, absteniéndose masivamente de participar en elecciones en que solo se les pide depositar su confianza en otros para que luego los «representen» pero sin mediar consulta alguna entre ellos.