Una huelga motivada por reivindicaciones sociales, ansias de justicia e impregnada de una profunda solidaridad. Por ende, un movimiento dotado de un robusto sentido ético a la vez que enseñanza moral para todos quienes han gobernado este país, personajes políticos cuyas voluntades han estado orientadas solamente a la mantención de sus privilegios y prebendas. No puede sorprender que, por lo mismo, haya contado con la casi completa adhesión ciudadana