En la casa de las palabras
Pero todo amor conlleva una servidumbre. La de las palabras no conoce límites, no se aplaca en la repetición de innumerables sacrificios, no se satisface con las constantes ofrendas, no calla sus urgencias con las cópulas cotidianas que le brindes como amante compulsivo.
El Libro de las Palabras
En Chile, Gabriela Mistral hizo lo propio, acopiando términos verbales, giros y tópicos que permanecían aún en boca de los habitantes del Valle de Elqui, en la IV Región de Chile, conservados durante cuatro siglos en esa vastísima biblioteca sin muros que constituye la oralidad. Lo mismo continúa haciendo hoy Renato Cárdenas, en Chiloé (Nueva Galicia), donde perviven usos idiomáticos de los siglos XVII y XVIII que ha mucho desaparecieron en la Península Ibérica, junto a la riqueza léxica del entorno huilliche.