Residencias con patio interior, zonas de lectura, descanso y servicio de cocina. Estas son algunas de las condiciones bajo las que viven religiosos sancionados o investigados por delitos sexuales contra menores. Se trata de casas de retiro de las congregaciones donde comparten con otros sacerdotes que están allí por edad o razones de salud. Las dos principales casas de este tipo son la residencia de los jesuitas, en el centro de Santiago y la casa de los maristas en Providencia.