Que no se piense que los puertorriqueños no han resistido y dado la batalla, de todas las formas posibles, incluso la armada. Pero frente a su enorme poder, ejercido sobre la población pequeña de una isla pequeña, con todos los recursos con que cuenta, incluidos los tribunales coloniales que aquí llaman “federales”, el control de todos los mecanismos económicos, la distribución de drogas, el control del 99% de los medios de comunicación, el asesinato de líderes y de sus familiares –en ocasiones frente a las cámaras de televisión–, y el uso de su fuerza militar, incluida la fuerza aérea, ¿cómo enfrentarlos exitosamente?