Mientras Mohamed VI es operado en Paris y le acompañan sus hijos y otros familiares, su esposa, la princesa Lalla Salma, busca calor y se va de vacaciones a Marrakesch. Se la ha visto paseando por la popular plaza Jamaa El Fna, según informa el sitio marroquí «Le Crapouillot Marocain». El periódico digital español «El Confidencial» ha publicado un buen artículo de Ignacio Cembrero sobre estas penurias del abandonado rey de marroquí. Delicada situación para el rey. Si no es capaz de entusiasmar ni a su mujer, ¿cómo espera obediencia de sus súbditos? El fantasma de la resistencia de los luchadores independentistas saharauis, le debe estar quitando el sueño y las últimas fuerzas.