[En México son asesinadas decenas de personas cada día] En medio de ese panorama alguien podría sacar la conclusión que no hay nada que hacer, que ya fuimos derrotados. Pero no hay que olvidar, que en uno de los tantos rincones que forman nuestra nación, sí, la nuestra, la única que reconocemos, la de la gente de abajo, unos pueblos han levantado una forma muy otra de vida. Frente a la muerte que se enseñorea por todo el país, frente a la destrucción que ha hecho que cerca de 10 millones de mexicanos emigren hacia los Estados Unidos, frente a la destrucción de una buena parte de las conquistas de los trabajadores del campo y la ciudad, etc. Ahí, en los pueblos zapatistas, se construye la vida, nuevas relaciones sociales donde no domina el capital, donde no existe una clase política que medre robándose el dinero de la gente.