Muchos han entendido que los acuerdos alcanzados en el Parlamento de Chile, en la madrugada de hoy 15 de noviembre, constituyen una traición al pueblo y a sus movilizaciones. Pero este juicio es equivocado. Los honorables parlamentarios han sido consecuentes con el mandato que las clases dominantes les han entregado (no en balde les financian sus campañas), en cuanto darle continuidad al régimen político heredado de la dictadura y reafirmado por los sucesivos gobiernos civiles.