Silala, la enfermedad infantil del chauvinismo
La ofensiva del gobierno de Chile respecto a las aguas del río Silala es tan ridícula como la actuación del equipo chileno de fútbol frente al seleccionado de Bolivia – Chile jugó uno de sus peores partidos el día 10 de junio, y su entrenador luce una mediocridad pocas veces vista – y los chauvinistas muestran tal grado de insensatez que, por ejemplo, el ex Presidente de Bolivia, Carlos Mesa, y el Canciller chileno, Heraldo Muñoz, se han enfrascado en un pueril debate diplomático, si fue la mano o el codo del jugador boliviano que dio en la pelota para declarar el penalty que salvó al mediocre equipo chileno de un empate seguro.
Una reflexión políticamente incorrecta sobre la masacre de París
En estos días todos los medios condenan unánimemente la masacre de París, exhortan a la unidad de Occidente y a intensificar la acción militar contra el Isis. Pero, ¿no habría que resolver el problema del terrorismo? ¿No será también tiempo de reflexionar sobre las responsabilidades de Occidente en el aumento del terrorismo?
El inquietante paralelismo entre la nueva Ucrania y la vieja Alemania nazi
En la Alemania de 1920-1930 un partido considerado marginal llegó al poder en medio de una situación de descontento en el país. Muy pronto los nacionalsocialistas convirtieron al país en un estado totalitario, recuerda el periodista ruso Alexander Donetski, advirtiendo que lo mismo está pasando ahora con Ucrania: Gracias a la tolerancia de los mandatarios del Gobierno, los que eran marginales están ahora imponiendo su dictadura.
Restablecer el dialogo con Bolivia respecto a la salida al mar
Si existiera un verdadero nacionalismo, debiéramos defender nuestro territorio explotado por las transnacionales australianas, canadienses y norteamericanas, que están agotando nuestra riqueza del cobre y que construyen verdaderas fortalezas en nuestro país. Al menos, Evo Morales tuvo el valor, como Salvador Allende, de recuperar sus riquezas naturales y vender sus productos en servicio de su pueblo.
Nacionalismo, chauvinismo y racismo
En Chile, en 1910, se dio una versión del nacionalismo en la obra de Nicolás Palacios, en su obra, La raza chilena, que combatía la inmigración latina, española e italiana, privilegiando la germánica. Para este autor, el “roto chileno” era una mezcla de dos sábanas: los rubios visigodos y los mapuches, cuya unión producía una raza potente y viril. Si leemos con atención la Historia de Chile, de Encina, podremos comprobar que sus ideas racistas y nacionalistas no están inspiradas, sino que copiadas de la obra de Nicolás Palacios.