Considero una obligación ética contrarrestar el olvido intencionado de muchos dirigentes de la izquierda chilena acerca de la participación de militares chilenos en el triunfo del pueblo nicaragüense en contra de la dictadura de Anastasio Somoza en 1979, omiten el tema, quizás, para ocultar que la génesis de la formación militar, aquella que permitió que estuviéramos en condiciones de combatir exitosamente en Nicaragua, era para impulsar políticas revolucionarias en nuestro país.