«Señora, sus hijos no van a una escuela municipal, y Ud. trabaja para que nadie de su descendencia jamás tenga que hacerlo. No para que los niños de Chile tengan mejor educación, sino para que los suyos, y los de sus amigos, y los de su clase, conserven sus privilegios. No señora, será muy mentirosa pero no es ineficiente. Sólo nos lo parece, porque sus intereses están tan lejos de los nuestros porque vivimos en chiles distintos, muy distintos, incluso, hablamos idiomas distintos.