Luis Eduardo Aute es uno de esos personajes sumamente ricos y complejos de la cultura española. Es pintor y dibujante, fue cantante protesta en sus inicios y luego derivó hacia una obra personal, impregnada por el amor y las pequeñas de la vida, con ecos franceses e italianos. Era  como un bardo tranquilo e irónico al que había que oír con calma y atención.