Zurita le ha dado voz al dolor del pueblo chileno, a las miles de víctimas de la dictadura que ya no pueden hablar. A través de su canto poético, nos ayuda a no olvidar jamás el oscuro capítulo de nuestra historia. Se enfrenta y no le teme al dolor. Nos devuelve con ello la dignidad, allí donde la habíamos perdido. Es una película que aborda también su enfermedad de parkinson y cómo logra superar las dificultades con una enorme fuerza de creación incesante, pues no se rinde nunca ante la adversidad. A pesar de todo, la película al final es un canto a la vida y a la esperanza”.