Teología Económica de la Liberación
El Dios de la vida remite a la opción por los pobres. Pero esta no puede quedarse en el simple consuelo espiritual, en llamadas a la resignación o apelación a la contingencia y vulnerabilidad inherentes a la existencia humana, sino que ha de atender a las condiciones materia¬les de la vida. «No se puede tener una opción preferencial por los pobres —afirma Himkelammert—, sin tener una opción sobre la producción y reproducción de los elementos materiales de la vida humana»
Zygmunt Bauman: posmodernidad, vida líquida, amor líquido
Nuestro mundo avanza a un ritmo vertiginoso, pero sin rumbo, cambia compulsivamente, pero sin consistencia. No hay tiempo para que las cosas echen raíces. La precariedad es el signo –y el sino- de nuestro tiempo. Siempre hay que estar empezando y terminando. Pareciera que el imperativo categórico fuera estar poniéndose al día constantemente. Las cosas se adquieren y se desechen con una celeridad compulsiva.