Las conversaciones entre el ministro del Interior y el jefe de la Oficina Antifraude catalana, que empezó a publicar el 21 de junio el diario Público, y en las que Jorge Fernández Díaz conminaba en 2014 a su interlocutor, Daniel de Alfonso, a buscar o fabricar escándalos con los que acosar e incriminar a dirigentes del Gobierno catalán, va mucho más allá del conocido abuso de poder que marcó la batalla sin cuartel librada por el Gobierno central y sus medios afines contra el Ejecutivo catalán.