Los desafíos que vienen ahora son de gran significación política. El más importante será sin duda el de lograr que la población siga de cerca el curso de la discusión en el seno de la Convención Constitucional y que se movilice con decisión para ayudar a liberarla de los amarres antidemocráticos que le impuso la desprestigiada casta política del duopolio de los 30 años.