Feminismos latinoamericano y filosofías de la liberación
Entrevista a Francesca Gargallo
Me repele el individualismo capitalista, el que aísla las personas para que no puedan tener una acción común de defensa de su hábitat y sus derechos. Es un individualismo que se construye teniendo por modelo la imagen de una libertad masculina irresponsable con sus afectos, sorda a los compromisos, descuidada. Desgraciadamente, el sistema capitalista la ha convertido en una especie de sentido común, el esfuerzo individual para el propio beneficio se festeja, se le cree moderno, se le da una mayor valoración que a la capacidad de tejer relaciones igualitarias y de cuidado con las que liberarse del yugo de la soledad y la precariedad.
La chispa que puede encender la pradera kurda
La OTAN se ve, entonces, forzada a plantear su defensa de la integridad territorial turca, porque saben que los kurdos miran toda esta crisis como una oportunidad de luchar por su derecho a la autodeterminación represado por un siglo de autoritarismo secular y religioso. En el Kurdistán nace un nuevo mundo en medio de las ruinas. Es un mundo hermoso, aún embrionario, de participación popular, de organizaciones horizontales, donde se busca la relación armoniosa con el medio ambiente y la igualdad de las personas, la liberación de la mujer y la fraternidad entre los pueblos que habitan la región, independientemente de etnia y credo. Este proyecto lo han llamado “Confederalismo Democrático”.
Internacionalismo campesino
La Vía Campesina lleva más de 20 años articulando resistencias en el campo y tejiendo redes y alianzas a nivel internacional. Alimentarnos es imprescindible para todos, ya sea en el campo o la ciudad, en el Norte o el Sur del planeta. Y comer, hoy, se ha vuelto, como recuerda La Vía, un acto político.