Brasil: la nueva potencia de la derecha mutante
Entre las diferentes explicaciones que se ensayaron para dar cuenta de las elecciones presidenciales, y que van del clima antipolítico a los errores tácticos del Partido de los Trabajadores (PT), de la crisis de los partidos conservadores tradicionales a las fake news, me centraré aquí en las mutaciones que viene experimentando un sector de la sociedad brasileña tradicionalmente inclinado hacia las opciones de derecha: entender este punto ayuda a iluminar una serie de tendencias de mediano plazo que a su vez contribuyen a explicar el triunfo de Jair Bolsonaro.
Bolsonaro es una creación de la clase media
Esta nueva derecha no puede combatirse con argumentos ideológicos, ni aplicándole adjetivos como «fascista» que solo entiende una minoría militante formada en universidades. La clave está en la disputa viva de la vida cotidiana. Eso es lo que vienen haciendo en las últimas décadas las iglesias evangélicas y pentecostales, con un éxito sorprendente. Defienden un patriarcado fundamentalista, con la intención de retrotraer las relaciones sociales al siglo XIX. Han levantado miles de templos, sobre todo en los barrios pobres y favelas, desde donde proclaman sus verdades y han jugado un papel destacado en el crecimiento de la nueva derecha.