Tohá se fue debilitando en tal forma, que, al salir de Dawson, a comienzos de marzo de 1974, un hombre de 1,94 de estatura pesaba 49 kilos. No era capaz de amarrarse solo, los cordones de los zapatos.   El comandante del campo lo engañó, al comunicarle que viajaba en libertad de regreso a Santiago.