Bernadith Russell, una doctora afroamericana del hospital New York-Presbyterian, que acudió a ver cómo los funcionarios retiraban la estatua con una grúa, dijo: «Reconozco sus contribuciones, pero es como si Josef Mengele hubiese logrado avances en el campo de la medicina. No pondríamos una estatua suya debido a cómo obtuvo esa información», añadió en declaraciones a AFP, en referencia al médico nazi que realizó crueles ensayos con prisioneros en el campo de concentración de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial.