En su libro sobre los esposos Curie, la periodista española Rosa Montero escribe: “Desde pequeño había sido un chico especial; tenía dificultades para pasar rápidamente de un asunto a otro y necesitaba concentrarse en temas aislados para poder entenderlos. Se consideraba probado que padecía dislexia, como Einstein y quizás también como Rutherford, otro premio Nobel de la época y directo competidor de los Curie: Einstein no habló hasta los cuatro años y Rutherford sabía leer a los once, pero no escribir”.