Los peores escenarios de inflación, devaluación y recesión previstos en el convenio con el FMI fueron  desbordados y el gobierno juega su última carta con la reducción del desequilibrio fiscal a cero en el 2019, lo  que potencia el desmoronamiento de una economía agobiada por la subejecución del presupuesto. Lo que trajo es la paralización de las obras públicas, el recorte de las asignaciones familiares, la suspensión de vacunas y la carencia de medicación oncológica son las últimas postales del desbarranque.