«La ultraderecha tendrá una disyuntiva política, que quizás difícilmente podrá salir bien parada, ya que controlará un órgano que desprecia, así como los 12 bordes constitucionales y un anteproyecto elaborado por un grupo de expertos designados, que representa para ellos una cocina elaborada por una casta política antipatriota y que quiere destruir Chile igualmente.»